En el entramado urbano abundan las calles estrechas y las cuestas empinadas que nos llevan a descubrir rincones inesperados. Sus calles, antiguamente empedradas o en tierra, están soladas en su mayoría con adoquinado de granito. La plaza mayor muestra un empedrado de cuarcitas blancas y negras y en su centro se diseñó el antiguo escudo heráldico de la población, debido al pintor Antonio Casquete de Prado.
Sus casas suelen ser de una sola planta, la mayoría con corral o patio trasero. En el centro de la población encontramos casas señoriales. La plaza mayor debió estar porticada en su totalidad, pero en la actualidad solo conserva tres series de arcadas.
En este gran conjunto histórico, destacan dos monumentos declarados Bien de Interés Cultural, la Iglesia de Ntra. Sra. de la Asunción y el Castillo Santiaguista.
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